El camino de la Ovodonación


Me llamo Vero, tengo 40 años y soy mamá de Luciano, quiero contarles un poquito de mí, porque pienso que el camino para llegar a ser mamá sin duda para algunas no es fácil, en mi caso fueron años de búsqueda, tratamiento tras tratamiento, inyección tras inyección y sobre todo mucho aprendizaje. Quiero abrir mí corazón para quizás poder ayudar a alguien a tomar una decisión, o  simplemente sientas que no estás sola.

Ya había pasado por tratamientos de baja complejidad (en región y en Stgo) sin ningún éxito, corría enero del 2019 y una amiga me comentó de SGF, como llevaba años en esta búsqueda, dije “ voy!!! ”, había leído que era gringo y que tenían un plan de Riesgo Compartido que me llamó mucho la atención.
Recuerdo que me estacioné, subí y al abrirse las puertas del ascensor dije “ Yo de aquí salgo embarazada”.
La verdad que me sentí muy tranquila y confiada, sabía que había llegado a un lugar con mayor tecnología en comparación a todos los otros lugares donde había estado, me sorprendió con el cuidado y privacidad con que tratan a sus pacientes, los detalles a la hora de esperar tu consulta que hicieron que siempre me sintiera cómoda.

Mi doctor fue Mauricio Mondión y mi tens la Valery, los adoro, siempre con una sonrisa explicando todo. La verdad que Mauricio explica con manzanas, con empatía, con claridad, siempre nos habló de manera cercana, que para mi es fundamental, hizo que confiáramos en cada paso que dábamos.

La Ovodonación

La preparación para este tratamiento a diferencia de todos los anteriores, sin duda, es más bien psicológica, de mucha emoción en todo momento, porque solo existen mil preguntas, inmensas ganas de que esta vez sí resulte, sabes que ahora el porcentaje es mayor de que puedas ser mamá, por lo tanto te llenas de esperanzas de nuevo, esa esperanza que ya pensabas habías perdido. Recuerdo que nos dijeron que en unas semanas recibiríamos un mail con una triada, (hoy el procedimiento de elección es distinto, ya que puedes elegir directamente desde el banco de óvulos de SGF a tu donante) y que era una triada? , eran tres fichas de posibles donantes escogidas para nosotros, también nos dijeron que era muy posible sentir un rechazo, o que realmente no me gustara nada de lo que vería al abrir las fichas, que si me pasaba algo así, era muy normal, que cerrara el compu y que continuara otro día con la elección. La verdad que no sentí nada de eso, leímos juntos las tres fichas y solo pensaba en cada una de esas donantes tenían algo de mí, que de alguna forma habían interpretado muy bien como era yo al elegirlas. Con mi marido nos miramos y los dos dijimos la N°1 jajajaj.

Pero el destino es muy loco como segunda opción dimos la ficha N°2. En las fichas junto a la descripción de la donante hay una fotito de ella cuando eran niña, dije, quien más que mi mamá sabe cómo era yo a esa edad y quisimos compartir con ella las opciones. Recuerdo que ella lloraba como loca cuando supo que queríamos considerar su opinión, sin dudarlo y tajantemente nos dijo que yo era igual, igual, igual a la foto de la donante N°2 y que para nuestra sorpresa ( no podía creer que esto nos estaba pasando a nosotros y ya no con mis óvulos). Resultó que los Óvulos de la donante N°1 no sobrevivieron al proceso de descongelación y se tuvo que seguir el proceso con la Donante N°2 que resultó ser la primera opción de mi mamá. Ya habíamos pasado por tantas desilusiones que esta vez sólo nos enfocamos en lo travieso que fue el destino y que seguíamos en carrera con la segunda Donante.

A la semana siguiente se planificó todo para realizar la implantación, llegamos a la clínica a las 8 de la mañana de ese miércoles 11 de agosto, nerviosos, ansiosos, cargados de ilusiones y el corazón a mil, nos contaron que habían 4 embriones de calidad y que esa mañana me transferirían uno, no puedo explicar la alegría que se siente que te digan eso, nos abrazamos y solo pedía que el procedimiento saliera todo bien.
A los pocos minutos ya estábamos en pabellón, en todo momento mi marido estuvo a mi lado, fue sumamente importante poder vivir este momento juntos, tan mágico, tan frágil. Recuerdo que se nos acerca una mujer muy dulce que se presentó, nos dijo yo soy Cristina y soy embrióloga, quiero que miren ese monitor porque ahí está una fotografía de su embrión, inmediatamente al verlo se me llenaron los ojos de lágrimas, pero esta vez esas lágrimas eran de la alegría más linda que existía, de la emoción de verlo por primera vez. Al cabo de unos minutos escuchaba a Mauricio, mi doctor, hablar tecnicismo junto al equipo, hasta que de un momento a otro existió un silencio absoluto, donde parecía que nadie respiraba, pasaron unos segundos y se abrió una puerta de donde aparece Cristina, la embrióloga, venía con sus manos juntas, resguardando algo así como una jeringa, como protegiéndolo con su vida, se acerca a nuestro lado y se lo pasa al doctor. Entendimos que ahí estaba nuestro esperado embrión, el silencio seguía, nadie pestañeaba, hasta que por fin escuchamos la voz de Mauricio que nos dijo que miráramos hacia la derecha, ahí había un monitor donde apareció una pequeña luz, esa luz avanzaba muy lentamente, el silencio se apoderó otra vez del pabellón, avanzaba y avanzaba hasta que se detuvo, pasaron unos segundos y nuestro doc nos dice que ya está implantado y pone sobre mi panza la primera ecografía de nuestro hijo. Agradecí a cada uno de los tremendos profesionales que estuvieron con nosotros en este camino y a la vida por permitirnos vivir este momento tan emocionante, lleno de ilusiones, sin duda un día inolvidable, ese día entramos a la clínica dos y salimos 3…

Vivir la Ovodonación

Luego de todo lo que implica pasar por tratamientos fallidos, Mauricio nos habló de la Ovodonación, no te miento, fue en un principio muy doloroso, escuchas por primera vez hablar de un duelo genético. Recuerdo haber llegado a mi casa, en silencio pensaba, pensaba, y pensaba más. Al día siguiente le dije a mi marido que habláramos del tema, tomándonos de las manos le pregunté entre lágrimas si estaba dispuesto a llevarnos el secreto a la tumba. Sin dudarlo su respuesta fue un concreto “SI” y eso me abrió los ojos, cómo podía estar pidiéndole algo así, pensé. Me imaginé a mi mamá conociendo a su nieto (a) y diciéndome “ Hija, es igual a ti” y yo por dentro pensando en que eso no podía ser posible. Por qué tener que esconder la verdad me pregunté, si acá solo está el más noble, puro y genuino amor, no tenía de que avergonzarme, todo lo contrario, sólo había motivos para estar contentos, y decidimos con mi marido vivir todo lo que se nos venía, orgullosos y felices por tener esta opción de ser padres. Creo que en mi caso el duelo genético duró nada, agradecí haber nacido en estos tiempos donde existe esta posibilidad y agradecí también a esas tremendas mujeres que se animaron a donar felicidad a muchas familias.
Hoy mi hijo tiene 6 meses y les prometo que no cambiaría nada, si me dijeran que existe una posibilidad de tener un hijo con mis óvulos, pero que a cambio me olvido de mi guatón, cómo explicarte que mi respuesta es un tremendo NO GRACIAS.
Nada, pero nada supera el amor que le tenemos a nuestro hijo, lleno de alegría, rodeado de cariños, inmensamente buscado.
Con el tiempo queremos ir contándole con mucha naturalidad, no queremos que sea una conversación seria que marque un antes y un después, para nada, decidimos prepararnos para todas sus preguntas, contarle desde pequeño con mucha espontaneidad y de manera sencilla, porque no queremos negarle el derecho a saber su origen, porque tampoco encuentro justo tener que esconderle esta verdad, cómo enseñarle a qué no mienta si le estoy mintiendo. Sólo quiero que sepa y logre entender con todo el amor que lo esperábamos, los años de búsqueda, enormes sacrificios y lo importante que es para nosotros.

¿Qué consejo darías a otros pacientes o personas que pueden estar pasando por lo mismo?.

Les diría que es válido cuestionarse todas las preguntas, tener miedos, temores, dudas, pero que todo eso se genera por una ilusión cultural que rodea la maternidad, la ilusión que se parezca a ti, de sentir una conexión, el sentimiento especial de ser madre, y que cuando te dicen que la Ovodonación es tu única opción, sientes que tu corazón deja de latir. Créeme, solo debes respirar y seguir por tu sueño, verás que una ventanita se te abre para enseñarte lo valiente que eres y que el deseo de ser madre, ese amor incomparable no tiene límites.

La maternidad no es un patrón o un formato que diga que solo te sentirás madre si tu hijo tiene tus genes, la maternidad se construye día a día, al igual que el vínculo con tu hijo. Hay mujeres que aun teniendo hijos con sus propios óvulos, no tienen la capacidad para dar ni recibir amor, porque los genes no son sinónimo de conexión.

Conversar, compartir experiencias y sentirnos orgullosas de los pasos que damos, hace que podamos NORMALIZAR esta mágica opción.
Y también les diría que los caminos difíciles conducen a destinos hermosos.


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